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MUSEO EN LA BILLETERA

MUSEO EN LA BILLETERA


Pinturas y esculturas de artistas de distintas épocas han ilustrado las monedas y billetes de Guatemala.

 

Justo en este momento, al igual que todos los días, pasan de mano en mano, las obras de arte, de autores guatemaltecos, que fueron impresas en los billetes y monedas de diversas denominaciones. Poco se sabe de los autores de estas imagenes y en qué circunstancias fueron creadas. Las pinturas y esculturas originales de algunos de los billetes que actualmente se encuentran en circulación forman parte de la pinacoteca del Banco de Guatemala. Otras pertenecen a las familias de los artistas.

Corte de café: Alegoría al óleo hecha
por José Luis Álvarez, incluida
en los billetes de 50.

De chemas y quetzales

Durante el gobierno de José María Orellana se dio la Primera Reforma Monetaria Fundamental del siglo XX, en la que se creó el quetzal como unidad monetaria de Guatemala en sustitución del peso, mediante acuerdo Gubernativo No 879 del 26 de noviembre de 1924. Casi 2 años después murió Orellana y asumió como presidente el general Lázaro Chacón.

Según el libro Joyas Numismáticas de Guatemala, durante 1926 y 1927 se emitieron los primeros billetes del Banco Central de Guatemala, con denominaciones de Q1, Q2, Q5, Q10 y Q20. Estos fueron conocidos como “chemas” porque llevaban en el anverso el busto de gobernante fallecido. El numismático Rafael Vetorazzi opina que la imagen es la misma que después quedó ya sólo en los billetes de Q1. El retrato fue tomado de un busto en bronce hecho por Rafael Rodríguez Padilla.

Los billetes de 1927 contenían, en el reverso, paisajes de distintas regiones del país como Antigua Guatemala y Quiriguá. De este último lugar utilizaron una fotografía aparecida en el Libro Azul Guatemala, tomada, probablemente, por Alberto Valdeavellano.

Durante el gobierno de Jorge Ubico se hicieron cambios en el diseño de los billetes. Quitaron el retrato de Orellana del anverso y pusieron en su lugar, a ambos lados, el quetzal sobre un pedestal y un paisaje enmedio, con escenas de la caficultura, volcanes y barcos. En el reverso conservaron algunas de las imágenes ya utilizadas. Aparecieron por primera vez los billetes de 50 centavos, emitidos el 26 de enero de 1933. Eran de color café, con paisajes del cultivo de café y banano.

Segunda reforma

Entre 1945 y 1946, durante el primer gobierno revolucionario, se da la Segunda Reforma Monetaria y Bancaria de la República de Guatemala. Con esta se crea el Banco de Guatemala como organismo estatal, descentralizado y autónomo, regido por una junta monetaria, para sustituir al Banco Central de Guatemala, de capital mixto. El 15 de septiembre de 1948 emitieron sus primeros billetes, incluida la denominación de Q100, que no existía.

También hicieron cambios en diseño y tamaño. Se siguió utilizando el ave nacional, sólo que en los nuevos billetes ya no aparece recostado sobre un pedestal sino volando, tal como está en la actualidad. Para tres de los billetes se utilizan obras de Alfredo Gálvez Suárez.

Marcia Vásquez de Schwank, en el libro Joyas artísticas del Banco de Guatemala, describe los cuadros de Gálvez utilizados: En el de 50 centavos, impreso en color café, el titulado Paisaje de Chichicastenango en el cual aparecen, de pie, dos indígenas de ese municipio de Quiché; el billete de Q5 reproduce una escena del panel central del mural del Palacio Nacional, llamado El choque, y en el de Q100, “la efigie de un indígena de Nahualá que luce el tocado de su región”. A ello se debió que, por mucho tiempo, a estos billetes, impresos en color negro, se les conociera popularmente como los “cabeza amarrada”.

En el de Q10 se utilizó el diseño de un vitral de Julio Urruela, titulado La fundación de la Antigua Guatemala.

En 1949 fueron modificados los grabados de los reversos de las monedas, aunque todas mantuvieron el Escudo Nacional en el anverso. En la de un centavo se incluyó el busto de Fray Bartolomé de las Casas; la de cinco centavos tenía la Ceiba, árbol nacional; en la de 10, el monolito de Quiriguá y en la de 25, el busto de una mujer indígena, que se cree podría ser el retrato de la señora Concepción Ramírez viuda de Reanda, hecho en acuarela por Gálvez Suárez. Cabe anotar que ésta es la única denominación de moneda guatemalteca en la que figura una mujer.

En 1996, el Banco de Guatemala hizo una investigación para verificar si la persona que aparece en la moneda era Ramírez viuda de Reanda. “Yo personalmente revisé los procesos que llevaron a cabo en la emisión de esa moneda y la conclusión es que la Junta Monetaria es quien aprueba los diseños que la administración del Banco le presenta”, afirma Ricardo Martínez, jefe de Protocolo y encargado de Actividades Culturales, autor de la investigación.

“En aquella oportunidad la Ley de Especies Monetarias en su artículo sexto decía: ‘la moneda de 25 centavos ostentará la cabeza de una india y en el campo lateral derecho en forma perfectamente visible el número 25 seguido de la palabra centavos’. Esta indígena fue una composición ideal que hizo Ovidio Villeda, que contiene los rasgos raciales más determinantes de tres modelos fotografiados por Julio Zadik, en Santiago Atitlán”, afirma Martínez. Esto con base a la resolución 2715 del 9 de octubre del 1959, de Junta Monetaria.

La Ley de Especies Monetarias ya no está en vigencia. Ahora los diseños están determinados en el artículo 17 de la Ley Monetaria que especifica que la moneda de 25 centavos ostentará el retrato de una mujer indígena.

“El Banco de Guatemala no descarta la posibilidad de que la señora Ramírez de Reanda sea una de las tres personas fotografiadas por Zadik y que sirvieron de base a los bocetos presentados por Villeda”.

Billetes que evolucionan

En 1971 se hizo un nuevo cambio en el diseño de billetes y es, básicamente, el que se usa hoy día. En los anversos se utilizaron, como motivos principales, los bustos de personajes importantes en la historia del país. También se empezaron a incluir números mayas para indicar la denominación.

En el billete de cincuenta centavos se imprimió el retrato de Tecún Umán, basado en la escultura de Rodolfo Galeotti Torres. En el de Q1 siguió José María Orellana; en el de Q5, Justo Rufino Barrios; en el de Q10, Miguel García Granados y en el de Q20, Mariano Gálvez. En los billetes de mayor denominación incluyeron a Carlos Zachrisson, en reconocimiento a su contribución en la Reforma Monetaria y Bancaria de 1924. En los de Q100 figura el obispo Francisco Marroquín quien se distinguió en la defensa de los derechos de los indígenas y promover el acceso a la educación. Sin embargo, aunque son, probablemente, las obras de arte más conocidas del país, no se sabe quién o quiénes fueron los autores de estos retratos debido a que los datos no aparecen registrados en el Banco de Guatemala.

En los reversos se utilizaron otros motivos: en el de 50 centavos (ya en desuso) estaba el templo del gran Jaguar de Tikal; en el de Q1 (sustituido hoy por las monedas) el edificio del Banco de Guatemala.

Obras de Enrique de León Cabrera se utilizaron de base para los grabados que aparecen impresos en los billetes de Q5 y Q10. En el primero, el cuadro al óleo titulado Escena de clases, y en el segundo, Asamblea Legislativa. De este último, Marcia de Schwank escribió: “Destaca el dibujo realizado con precisión, donde si bien la intención no fue retratar a determinadas personas, la técnica es tan realista que permite reconocer al alguno que otro personaje de la vida pública de Guatemala. Los muebles y cortinajes completan el ambiente de formalidad en la que se lleva a cabo la reunión de los legisladores. La obra citada sirvió de base para hacer el grabado Sesión de la Asamblea Nacional Legislativa de 1872".

De José Luis Álvarez es la obra que ilustra el billete de Q50. Es una alegoría sobre el corte de café que hizo a petición del Banco a inicios de los años 60. De los autores conocidos de obras reproducidas en los billetes, Álvarez es el único que aún está vivo.
Por otra parte, según Martínez, la alegoría que aparece en el billete de Q20, La firma del acta de independencia, una de las escenas más recreadas y conocidas de dicha gesta histórica, es, paradójicamente, el único cuadro que no pertenece al banco.

El escudo

Una de las imágenes que aparece en las distintas emisiones de moneda a lo largo del siglo XX es la del escudo nacional, diseñado por el grabador suizo Juan Bautista Frener, quien llega a Guatemala a mediados del siglo XIX para trabajar en la Casa de la Moneda.

En el libro Joyas artísticas del Banco de Guatemala, Guillermo Monsanto escribe: “Frener es autor de uno de los símbolos patrios más significativos para los guatemaltecos: el Escudo Nacional. Este fue adoptado por Justo Rufino Barrios, con el beneplácito del presidente Miguel García Granados, luego de que el artista utilizara los elementos que lo componen, como parte del decorado del salón para la celebración de la Revolución de 1871”. Según el numismático Rafael Vetorazzi, este escudo apareció acuñado en una moneda en 1872. El que se usa actualmente ya lleva encima varias modificaciones.

La moneda de la paz

Por medio del decreto 139-96, el Congreso de la República aprobó las aleaciones para piezas de moneda, así como la emisión de billetes de Q200. En este decreto se especifica también la emisión de monedas de 50 centavos (con la monja blanca como motivo principal) y de Q1 , de la cual se hizo una primera edición limitada en 1998, con el diseño de una paloma estilizada con la palabra “paz”. Al año siguiente se contrató la primera acuñación masiva de las nuevas monedas. El diseño fue decisión de la Secretaría de la Paz.

Billetes nuevos, nuevas obras de arte

“La ley monetaria, a raíz de las modificaciones llevadas a cabo en el 2002 autorizó al Banco de Guatemala para emitir billetes de Q200 y Q500 y Q1 mil. Todavía no existen, pero el banco de Guatemala determinó que había necesidad de preparar los diseños para que fueran elevados a consideración del Congreso de la República, que tiene la última palabra para autorizarlos”, afirma Martínez.

Nuevos billetes

La Ley Monetaria, a raíz de las modificaciones llevadas a cabo en el 2002 autorizó al Banco de Guatemala para emitir, además de los ya existentes, billetes de Q200, Q500 y Q1000. Por primera vez se sacó a concurso público el diseño basado en tres temas: las letras, la marimba y el patrimonio cultural de Guatemala. Se seleccionaron 6 obras.

- Para el billete de Q200, un composición estilizada con el fondo de una pirámide formada por un teclado doble. Los personajes son los compositores Mariano Valverde, Sebastián Hurtado y Germán Alcantara. La alegoría está formada por un paisaje urbano que refiere a la pieza musical Noche de luna entre ruinas, de Valverde; también contiene una marimba de teclado doble, creación de Hurtado y la partitura de La flor del Café, de Alcántara.

- Para el billete de Q500 seleccionaron a Miguel Ángel Asturias, escritor que recibió el Nobel de Literatura en 1967. La alegoría es una composición del Popol Vuh y la creación de los hombres.

- En el de Q1000 la alegoría es una escena de la cotidianidad maya, la fauna, la flora. El motivo principal es a partir de un ancestro; tiene el rostro de una persona maya, una garífuna y un mestizo que representan a la sociedad guatemalteca.

- Las fotografías de estos diseños se envían a las casas matrices en el extranjero que pueden ofertar la elaboración de los billetes.

- Las propuestas que los fabricantes envíen deben contener las medidas de seguridad y otros elementos que componen el billete.

- Estas son evaluadas por la gerencia del Banco de Guatemala quien seleccionará entre las casas ofertantes.

- Junta Monetaria puede aprobarlos o pedir modificaciones. Después el proyecto se envía al Congreso de la República el cual emite el decreto para la emisión definitiva.

Para determinar los nuevos diseños, el Banco de Guatemala invitó a los historiadores Celso Lara, Fernando Urquizú, Miguel Álvarez Arévalo y Haroldo Rodas quienes propusieron 100 personajes o hechos importantes en la historia de Guatemala. Estos fueron agrupados en ejes temáticos de los cuales finalmente quedaron tres: el Patrimonio Cultural de Guatemala, las Letras Nacionales y la Marimba.

Cada uno de estos se asignó a una denominación: el billete de Q200 con el tema de la marimba; para el de Q500 la literatura y para el de Q1 mil, el patrimonio. Los dibujos se convocaron a concurso público.

El jurado integrado por Ernesto Boesche Rizo, Silvia Herrera Ubico, Celso Lara y Ricardo Martínez seleccionó a tres ganadores y concedió ocho menciones honoríficas, entre las que se seleccionaron las otras tres obras. Uno de los ganadores, Elisandro de los Ángeles Ramírez, aporta tres obras: el motivo principal de billete de Q200, titulado Tres músicos; en el billete de Q500 ambas obras son de él, Retrato de Miguel Ángel Asturias, en el anverso y la Alegoría del Popol Vuj en el reverso. Además, el motivo principal los billetes de Q1000, titulado Maya, garífuna y mestizo.

Los otros dos ganadores son Luis Fernando Ixcamey, con la obra Composición, para la alegoría del billete de Q200 y Otto René Saravia Mejía, es autor de Escena de la cotidianidad maya, para el billete de Q1000. Estos aún no están en circulación y no hay siquiera una fecha para emitirlos. Posiblemente el de Q200 circule en un año o dos.

Mientras tanto, las billeteras seguirán siendo una galería en pequeño. Sus dueños no se dan cuenta de lo que reciben o entregan, además del valor monetario: el espíritu artístico de un país que aún no ha dado el justo reconocimiento que estos artistas y su obra merecen.

“Querían que representara el cafetal”

José Luis Álvarez (1917), destacado paisajista, es el autor del cuadro Corte de Café que aparece en los billetes de Q50.

¿Cómo llegó una de sus obras a los billetes?

Le voy a contar más o menos el antecedente: Hice un cuadro del volcán de Pacaya y lo tenía en exhibición en la galería Ríos, donde daba clases. Llegaron del Banco de Guatemala a comprar unos cuadros y entre ellos iba el mío. Le gustó mucho al presidente o al gerente del banco, no sé, y lo pusieron en su oficina. Desde entonces los empleados del Banco empezaron a comprarme cuadros. Un día de tantos el presidente del banco dispuso que iba a ser una emisión nueva y que me encargaran la hechura de un cuadro con tema dado. Querían que representara el cafetal, una cosecha. Desde que hizo erupción el volcán, yo tenía un terrenito, que lo compré para tenerlo a la vista y estar pintando cada vez que hacía erupción. Conocí allí a un señor que tenía cafetal y me fui a hacer el cuadro. Me lo compraron con la condición de que iba a ser para una emisión. La fecha no me acuerdo, pero fue por los años 1960.

¿Cuánto le pagaron?

En aquel tiempo me pagaron Q300, que era el equivalente al dólar. El cuadro lo tiene el banco.

¿Qué sintió la primera vez que lo vio impreso en un billete?

(Ríe) Me gustó, francamente me dio gusto. No sólo a mí me mandaron a hacer, también a don Quique de León le mandaron a hacer otro, creo que para los de Q100. No me acuerdo si fue con motivo de la alfabetización.

¿Recuerda si antes de esta emisión le pidieron obras a otros artistas?

Antes hicieron una de don Agustín Iriarte representando la Independencia. Copiaron un cuadro que hizo con todos los que dictaron la declaración de la Independencia. Yo conocí el billete y conocí a don Agustín. Fue maestro de nosotros (en la Escuela de Artes Plásticas) al principio para la clase de perspectiva. Era un señor que estaba como yo estoy ahora, sordo. Fue un excelente maestro.

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